La ciencia
Nuestra vida está muy unida a los avances tecnológicos. Gracias a la
rapidez de las comunicaciones podemos conocer los nuevos descubrimientos que
realizan los investigadores en todo el mundo y en todos los campos. La ciencia
se pone a nuestro servicio para mejorar nuestra calidad de vida.
La verdad es que se nos hace difícil pensar como se las ingeniaban
aquellos que han vivido en otras épocas para enfrentarse a los problemas
cotidianos sin tener todos los medios y recursos que hoy tenemos a nuestro
alcance. Y es que la ciencia está en una evolución permanente y su principal
misión es que nuestra vida sea mejor.
La ciencia quiere poder explicar y predecir los fenómenos naturales y
sociales. No es una tarea fácil, ya que la naturaleza está cambiando constantemente,
al igual que la realidad.
Podemos recordar grandes inventos sin los cuales nuestras vidas no
serían las mismas:
• A Louis Pasteur le debemos el sistema de pasteurización de la leche y
el descubrimiento de la vacuna contra la rabia.
• A Alexander Fleming le debemos el descubrimiento de la penicilina, que
supuso un avance importantísimo en la lucha contra las enfermedades.
• Y a Pierre y a Marie Curie, el descubrimiento de las radiaciones del
polonio y el radio y su utilización, por ejemplo, en el tratamiento del cáncer.
Y como ellos muchos otros que han conseguido con sus descubrimientos que
nuestra vida sea más confortable. Por ello, la ciencia y las investigaciones
son fundamentales, son la base del desarrollo de la humanidad. Continuamente
aparecen nuevos problemas y dificultades a los que hay que buscar solución. La
ciencia está en una lucha constante.
Pero a pesar de todos estos aspectos positivos, no podemos olvidar
aquellas zonas desfavorecidas donde estos avances apenas llegan: sigue habiendo
epidemias, los niños se mueren de hambre y en el campo de las comunicaciones,
están muy retrasados en comparación con los países desarrollados.
Debido a la
influencia que estos avances ejercen en los menores, la familia no queda ajena
a estas transformaciones y a muchos progenitores les provoca una sensación de
vértigo, desconocimiento, impotencia e incertidumbre en su vida
cotidiana.Regular y conocer el uso de las TIC es una experiencia a la que se enfrentan
los miembros de las familias, que repercute en las relaciones familiares y en
el papel que cada uno desempeña en las mismas.
El hogar y la
escuela se configuran como los espacios preferentes para la adquisición de
pautas y criterios sobre el uso de las TIC. Por eso, los padres y madres deben
enseñar a sus hijos e hijas a aprovechar las posibilidades de estos sistemas y
hacer un buen uso de los mismos.
Internet
Una de las fuentes
que más dudas genera a las familias es el ordenador debido a que los niños y
niñas se acercan a la pantalla a edades cada vez más tempranas, y lo hacen por
lo general para jugar, navegar y chatear con sus amistades. Internet se ha
convertido en una increíble herramienta de información y comunicación, pero también
puede llegar a ser un recurso comprometido si los menores acceden a la red sin
una supervisión y un asesoramiento adecuados.
Colocar el
ordenador en un lugar de uso común de la casa, crear una página de inicio con
enlaces a sitios de confianza e interesantes para los niños y niñas, crear
listas de favoritos con el mismo propósito, informarse y advertir sobre cómo
proteger los datos personales y sobre el peligro del correo no deseado (spam) o
los virus, son algunos de los consejos que padres y madres deberían tener en
cuenta para afrontar este problema.
Para garantizar un
uso seguro de Internet debemos evitar que los niños y niñas accedan a
contenidos inapropiados y que contacten con extraños, ya que estos son los
principales problemas a los que se exponen en la red. Es necesario crear una
red segura, con contenidos específicos y puertas para cerrar el acceso a los
contenidos inadecuados. Pero, como estos programas pueden fallar, los expertos
recomiendan a los padres y madres educar e informar a sus hijos e hijas acerca
de su correcta utilización. Para ello es necesario que las familias comprendan
que la red puede entrañar los mismos peligros que la calle, y por eso no deben
dejar a los menores navegando solos.
Las familias
también pueden acceder a cursos de formación específica que ofrecen los
Telecentros, las AMPAS o los ayuntamientos, lo que les ayudará a sentirse más
seguras en el uso de estas nuevas tecnologías.


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